Nunca se había vinculado a nada. La mañana en la que despertó vio que estaba completamente sola. Su séquito no eran más que monigotes de papel y sacatrapos.
Sus amigos eran retratos en la pared llenos de polvo.
Había sido la mejor y no tenía a nadie a su alrededor. ¡Aún era la mejor!
Quizá por eso nadie la entendiera.
(8 oct 2012)
2 comentarios:
Ay, la soledad del incomprendido.... ¡qué imcomprendida es!...
Me encanta la imagen del séquito de monigotes de papel y sacatrapos... interesante...
Besos,
Carmen
es la comparsa del que cree que es el mejor y no comparte nada. Del que llega a lo más alto, merecidament6e o no, y se dedica a pisotear a los demás, a los que un día le apoyaron, le ayudaron, le comprendieron
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